El desfile de carrozas y coches decorados es una de las actividades que desaparece. No obstante, el pepino, el ch’uta y la chola retornan con “más fuerza”.
Gabriela Alanoca C. / La Paz
El desfile de carrozas y coches decorados que se realizaba el domingo de farándula es una de las actividades que desapareció con el paso del tiempo. No obstante, algunos personajes carnavaleros que veían venir el mismo destino fueron retomados y “con más fuerza” como el pepino, el ch’uta y la chola, indica el historiador Fernando Cajias, quien además aclara que desde la década de los años 80 se vive un fuerte rescate de la identidad cultural.
En 1913 los habitantes participaron en el corso con | carruajes | y caballos Foto Cordero |
“Con la fundación de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, el Carnaval se adhirió paulatinamente a la celebración de la Anata (voz aymara que literalmente significa juego), una fiesta ritual que se celebraba en el territorio andino y que estaba relacionada con la cultura agrocéntrica” explican los historiadores Randy Chávez y Carlos Gerl en una investigación que hicieron ambos.
Cohetillos, confites, galope a caballo (1848, 1940), comida, bebida y baile era la forma en la que se celebraba el Carnaval. Además de contar con comparsas o pandillas, conformados principalmente por jóvenes para provocar escaramuzas con harina.
Foto Cordero |
Bailes realizados en salones prestigiosos de la ciudad, como el Club de La Paz, el Fantasio, el Casino Internacional, Teatro Municipal, el White House Hotel y otros eran parte de esta celebración. En estos eventos asistían, en sus mayoría, personas de alta sociedad con trajes y disfraces ostentosos que emulaban las fiestas de España y Francia, indican los historiadores.
Esta es una de las tradiciones perdidas. El historiador Cajías explica que en lugar de aquello ahora hay fiestas de comadres y compadres que antes solo se realizaban en Tarija. Sin embargo, resalta que ambos eventos comparten la misma esencia, “la alegría y confraternización”.
Posterior a ello surge la participación de los artesanos, que sería uno de los antecedentes del nacimiento de las estudiantinas. El director general del Movimiento Cultural Los Olvidados, Jorge Arteaga, cuenta que su caracterización e interpretación “tiene una representación histórica basada en los anarquistas de 1930, quienes devolvieron a los paceños de clase media y baja el Carnaval. En ese entonces sólo la élite de la ciudad podía disfrutar de estas fiestas en el centro de la urbe, el resto de habitantes lo hacía en las laderas”.
Foto Cordero |
Asimismo, se celebraban dos días denominados de Tentación -el sábado y domingo-, en los que no se jugaba con agua y la gente despedía el Carnaval con bailes y bebidas en El Prado y en los parques de la ciudad. El domingo se efectuaba un desfile triste a causa del Carnaval terminando. Foto:Archivo / Página Siete
Juego con agua
En 1940 el Carnaval comenzaba con una numerosa cabalgada que partía de la Alameda y terminaba en la plaza Murilllo. El lunes y martes se realizaba el juego con harina y cascarones. En la misma década apareció el juego con agua. “Los juegos consistían en agarrar a un amigo, familiar o conocido, blanquearlo con harina y después echarle agua para que se mezclara con el cuerpo y se formara una sola masa”, recuerda Chávez.
Entre tanto, Gerl comenta que los cartuchos de harina eran empaquetados, de manera muy comprimida, en pequeños tubos de papel de seda -muy llenados- que eran arrojados con impulso y al tocar el cuerpo estallaban con fuerza. Medían aproximadamente 10 centímetros por cuatro de diámetro. “Eran fabricados artesanalmente por las cholas un mes antes del Carnaval”. El juego con este producto desapareció tras la Guerra del Chaco.
Mientras en los inicios del juego con agua los globos eran depositados en canastas y los chisguetes fabricados en latas cuyo chorro era expulsado por una cámara de aire.
En ese entonces la gente de alta sociedad destinaba el miércoles de ceniza a días de campo en sus haciendas. Mientras las personas de origen indígena bailaban c’hutas, precedidos por pepinos, en la parada detrás del Cementerio. Por su lado, los mestizos preferían realizar paseos de campo -era el inicio de los tradicionales apthapis-. Los lugares favoritos eran Sopocachi, Potopoto (actual Miraflores) y Caja de Agua (actual plaza Riosinho), donde se divertían al son de orquestas, cuenta Gerl. Foto Cordero
Origen del ch’uta y pepino
El origen del pepino se remota a mediados del siglo XIX, cuando la población paceña adaptó el Pierrot europeo a través del pepino, de ahí su nombre. Sin embargo, también se considera que su denominativo se debe a un personaje uruguayo de Juan José Pepe Podestá, quien habría creado - en la década de 1870- un payaso con el nombre de “Pepino el 88”. “A la llegada del payaso, los paceños se quedaron cautivados y para perpetuar su obra designaron al personaje carnavalero con este pseudónimo”, comentan Chávez y Gerl en su texto.
Foto periodico Página Siete |
No obstante, su tradicional desentierro surge en 2003 a iniciativa de Wálter Chipana, pasante de la fraternidad Los Fanáticos. Dos años más tarde, fue la Asociación de Comparsas del Carnaval Paceño (ACCP) que se hizo cargo del evento, logrando el respaldo del Gobierno Municipal de La Paz, según afirma David Mendoza en su estudio No se baila así nomás (2012).
Por su lado, se cree que el origen del ch’uta está en la provincia Pacajes, localidades de Corocoro y Caquiaviri, cuando los jóvenes de estas comunidades dieron lugar al personaje y baile. Según Félix Layme, el término haría referencia al “joven nativo amestizado” y su falsete a la mofa que hacían del habla de los hacendados o extranjeros, y de esto nace la idea de colocarse una máscara.
Carnaval fuera de la ciudad
Entre tanto, el antropólogo Luis Víctor López indicó que en los localidades alejadas de la ciudad se festejaba el Carnaval con algunas tradiciones que ya se van perdiendo. El martes de ch’alla y el lunes, los lugareños iban a sus chacras en compañía de una tarqueada, moseñada o pinquillada para llamar a la lluvia. Al acercarse a sus cosechas de papa, las mujeres arrojaban manzanas como símbolo del tamaño que debía tener el producto.
Foto periodico Página Siete |
Antonio Paredes Candia Coplas carnavaleras
1. Botita dorada me lo has comprado con la plata del Estado. A pesar de todo hoy y mañana: ¡viva la nación boliviana!
2. Carnaval alegre quién inventaría, la vieja María en la chichería.
3. Estos carnavales quién inventaría. El que inventaría borracho estaría.
4. Me prometiste tu corazón, me prometiste tu corazón, chupemos hasta mañana y hasta el domingo de tentación.
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